UN HORROR SIN RAZONES: John Jairo Gasparini Ferbans preso y torturado porque “lo recomendaron”

Sí, una recomendación fue la sentencia al calvario; una pesadilla que lleva dos largos y dolorosos años para John Jairo Gasparini Ferbans y sus familiares.

“Dos personas se intercambiaron su número celular, recomendando el trabajo de él como mecánico. Por esta razón tienen a mi hermano secuestrado, porque según «es terrorista», dijo a Cima360news Sugled Gasparini Ferbans, hermana del detenido.

John Jairo salió de su casa hacia una farmacia el 18 de marzo de 2020 pero no regresó. “Unas personas vestidas de negro y sin identificación -posteriormente dijeron que eran agentes de la Dirección General de Contrainteligencia Militar- lo bajaron de su moto y lo montaron en una de las camionetas a punta de golpes”.

Desde ese momento comenzó el horror

Durante 10 días su familia lo buscó en diferentes hospitales y morgues; sus teorías estaban completamente aisladas de una detención política.

“Nosotros nos imaginamos cualquier otro tipo de cosa menos que había sido secuestrado por este gobierno porque mi hermano no es hombre de estar en política”, aseveró su hermana.

La familia califica la detención como un “secuestro porque lo detuvieron sin una orden judicial y sin razones”, dijo la familiar.

«Mi hermano tuvo una desaparición forzada de 10 días  y fue víctima de tratos crueles e inhumanos», dijo.

Durante ese tiempo su familia se sometió a la dura tarea de identificar cadáveres buscando poner fin a la incertidumbre de no saber de él.  “Como familia nos tocó muy fuerte esos 10 días”, mientras tanto John Jairo vivía una escalofriante historia.

En la Dgcim de Boleíta “lo quemaron con cigarrillos, lo golpearon con bates, con martillos y palos de golf en sus costillas, talones, rodillas, tobillos y dedos. Recibió golpes  en la cabeza con las armas», relató la familiar.

Sin lograr contener las lágrimas, recordó cuando su hermano le confesó que en aquellos 10 días de «desaparición forzada» llegó a ser colgado de rejas y perder el conocimiento.

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«Tiene marcas en las muñecas de la vez que lo guindaron de una reja. Él no sabe cuántos días duró colgado por las manos desnudo. El día que lo guindaron de cabeza, él perdió el conocimiento, realmente sintió que era su último respiro y pensó en nosotros, en su familia y se aferró a pedirle a Dios una segunda oportunidad. Él no entendía por qué estaba viviendo eso», contó quebrada en llanto.

La hermana del detenido político asegura que en esos primeros días estuvo esposado y encapuchado con tres personas más, dos de ellas son las que se intercambiaron su número de teléfono recomendándose el servicio de Gasparini como mecánico automotriz.

«Ellos estuvieron detenidos en la misma casa de tortura, se vinieron conociendo el día que los presentaron en tribunales. Sin embargo, los tenían esposados unos con otros, solo los soltaban cuando se llevaban a uno para torturarlo. Ellos nunca se vieron, se daban cuenta que tenían a una persona al lado cuando los golpeaban porque llegaron a golpearlos a los cuatro estando amarrados”, detalló la fuente entrevistada.

Presentación en Tribunales

Con signos de “torturas inhumanas” a John Jairo y los otros detenidos los presentaron en tribunales el 27 de marzo de 2020.

“El día que presentaron a mi hermano en tribunales sin pruebas, la juez Karol Padilla no recibió a ninguno de los cuatro. Pasó por el pasillo, obviamente ella y los fiscales tuvieron que darse cuenta de todas las torturas físicas evidentes en mi hermano y las otras tres personas. Hicieron caso omiso de eso”, asegura la familiar a Cima360news.

Los cargos que le imputan a John Jairo Gasparini son Traición a la Patria y Conspiración con la forma política.

Una vez lo presentaron “lo regresaron a la ‘Casa de los sueños’ donde siguió siendo torturado”.

Una llamada a la familia

El 28 de marzo de ese mismo año se le permitió llamar a sus familiares. “Nos llamó a la casa y me dijo: ‘Hola estoy bien, me tienen preso en la Dgcim de Boleíta’. Eso fue todo lo que le permitieron decir”.

Sugled Gasparini aseguró que sus padres están “destrozados” desde aquella llamada. “La primera vez que lo vieron a mi madre casi le da algo. No paraba de llorar y sus manos las tenía frías”.

Asimismo, relató que ella logró verlo a los siete meses de la detención. “La primera vez que vi a mi hermano fue el 17 de octubre de 2020. Ese día pude observar las marcas de quemaduras en sus brazos, la marca en sus muñecas y tenía un ojo morado”.

400 días en la Dcgim

Meses pasaron los familiares sufriendo al tener a John Jairo detenido en un “centro de torturas”.

“Lo querían obligar a hacer un video, como se resistió a decir lo que ellos querían lo volvieron a golpear brutalmente, fue cuando yo lo vi. En ese momento mi hermano no podía caminar derecho, el  dolor en sus costillas. Le dolía hasta respirar”, contó.

A consecuencia de los golpes John Jairo perdió cuatro muelas. “Prácticamente fue obligado a extraerse una de ellas, sin darle oportunidad de ser evaluado. Él siente que le quedaron residuos de esa muela pero no le han realizado una evaluación médica. No le han permitido realizarse una panorámica”.

Estando detenido en la Dgcim se contagió de covid-19 y no fue atendido, por el contrario, denuncia que recibió torturas auditivas que lo dejaron inconsciente teniendo que ser trasladado a un hospital y que su familia no se enteró por parte de las autoridades de lo ocurrido.

«Le dio covid, lo torturaron colocándole en la entrada de la celda una corneta gigante con música de Ali Primera y canciones del gobierno, a todo volumen y lo sacaron inconsciente al hospital militar», contó.

Ramo Verde y La Planta

Luego de permanecer más de un año en la Dgcim de Boleíta, lo trasladaron a la cárcel militar de  Ramo Verde, en Los Teques. En ese lugar permaneció 202 días, hasta que volvieron a trasladarlo “sin previo aviso” el 17 de octubre de 2021 al centro penitenciario de presos comunes La Planta, en Caracas.

“Nuevamente lo trasladaron y después de tres días de angustia sin saber su paradero, supimos que lo llevaron a ese sitio de Reclusión. 39 días después, logré ver a mi hermano, lo vi pálido extremadamente delgado, sin ganas de seguir viviendo y cojeando de la pierna izquierda”, expresó.

Al llegar a La Planta, John Jairo Gasparini habría sido sometido por el líder de la zona donde lo ubicaron para darle una especie de aviso sobre “quién era el que mandaba”.

“Cuando le pregunté qué le había pasado, me respondió que lo tenían en un nivel con presos comunes, que la lesión en la rodilla se la había hecho el líder de ese piso”, contó la fuente entrevistada.

Asimismo, comentó que la delgadez de su hermano la alertó y le preguntó qué estaba ocurriendo. “Me respondió que la comida la hacían en una sopa de aceite y que en varias oportunidades le habían dado una pastilla porque se le había subido el colesterol”.

Estado de salud actual

Padece de dolores de cabeza que persisten por días, dolor en las costillas, colesterol alto y lesión en la rodilla izquierda.

El caso judicial actualmente

La audiencia preliminar la realizaron el 25 de febrero del 2021, en ella determinaron que Gasparini debía ir a juicio, desde entonces no ha avanzado el caso y él continúa detenido, expuesto a peligros propios de permanecer en un lugar con presos comunes.

Su familia se siente incompleta pero con fe

Su hermana expresó que el sentimiento familiar es indescriptible, que el dolor está presente cada día. A veces la impotencia los arropa, pero su fe en Dios los ha ayudado a mantenerse en pie y con la esperanza en la libertad de John Jairo.

“¡Es como si estuviéramos en una montaña rusa de emociones! Hay días llenos de esperanza, fe, y mucha fuerza… Pero hay otros días donde rompes en llanto, te preguntas mil veces el porqué de todo esto… Y duele mucho no conseguir respuesta”, dijo.

A criterio de la familiar del detenido, los políticos opositores, de la mesa de diálogo con el chavismo, no han hecho mucho por los presos políticos. Solo tienen a los detenidos y sus familiares “como piezas de ajedrez”.

Condenó el hecho de “no ver resultados” sobre lo que una fracción de la oposición hizo en México meses atrás.

Sugled Gasparini sueña con ver a su hermano libre y abrazando a sus padres para que así vuelvan a sonreír. Ella espera ese día para ratificarle que  “Dios no nos abandonó, que su tiempo fue perfecto. Que lo amo con todas mis fuerzas y que siempre estaré orgullosa de ser su hermana”.