Remesas «pro-pobres» es el complemento financiero del 24,3% de los hogares venezolanos
Las remesas en Venezuela han sido, sobre todo en crisis, una bombona de oxígeno en medio del desplome económico que aqueja a la población, quienes han visto diluir sus recursos en medio de una espiral inflacionaria sin precedentes.
Ante esa realidad, la consultora Anova Policy Research le pone números en su último estudio a través de un Policy Brief; que aborda el tema de las remesas, así como su incidencia sobre la pobreza y la distribución de los ingresos de los hogares en Venezuela.
Con este fin, se hace inspección de la Investigación Muestral de Hogares Venezolanos (IMHV). Encuesta de hogares con representatividad nacional, compuesta por una muestra estratificada de hogares entrevistados a finales de 2021.
La definición de pobreza por ingresos
que se emplea en esta nota se construye a partir de Cabrera y Paolinetti (2019), que ajusta el valor de la canasta de alimentos consumidos por los venezolanos en el contexto actual de crisis y precariedad.
Esta alternativa más contemporánea a la Canasta Alimentaria Nacional (sin actualización desde de 1997), intenta capturar patrones más recientes de consumo y, por ende, tasas de pobreza calórica mejor adaptadas al momento actual.
Con esta metodología la tasa de pobreza general de 2021 es de 61% y la de pobreza extrema de 37%.
¿Cómo son los ingresos mensuales?
De acuerdo con la IMHV 2021, la proporción de hogares que perciben ingresos por remesas es de 24,3%.
En promedio, estos hogares reportaron recibir 65,8 USD mensuales, este monto corresponde a finales del año 2021, por lo que incorpora los efectos de la pandemia de COVID-19.
El monto de la remesa recibida varía grandemente de acuerdo con la posición relativa del hogar en la distribución del ingreso.
El flujo de remesas observado en Venezuela tiende a ser moderadamente progresivo, es decir, tiende a favorecer relativamente más a los hogares más pobres.
Se confirma que, para los hogares receptores, las remesas se han constituido en un elemento fundamental en el ingreso total del hogar, superando, en la mayoría de los casos; el aporte de los ingresos laborales (salarios) y no laborales (transferencias del Estado).
Contribución relativa
El monto de la remesa recibida por los hogares del quintil más pobre es 5 veces inferior; al de los hogares del quintil más rico, como se observa en la Tabla 1.
De igual forma, los migrantes de hogares más ricos tienden a tener mayores años de escolaridad formal, más experiencia laboral y menos barreras para insertarse laboralmente en los lugares que los reciben.
La mayor contribución de las remesas como proporción del ingreso total se encuentra en los hogares pertenecientes a los quintiles I (59%) y II (52%).
Igualmente, la contribución relativa al ingreso total de los hogares receptores cae a 37% en el último quintil (Ver Tabla 1).
Los datos duros
Aproximadamente 2,1 millones de hogares venezolanos recibieron remesas hasta finales de 2021.
Mientras los más pobres recibieron remesas por $26. Los más ricos se beneficiaron con $129.
“Hay mucha diferencia entre lo que reciben los más pobres y los no tan pobres, y una parte de eso tiene que ver con la formación, capital humano o años de escolaridad del migrante que se fue”; dice el economista jefe, Omar Zambrano.
Según el policy brief, la tasa de pobreza generalizada de los hogares que reciben remesas es 22,6% menor que a los que no les llega.
“Ciertamente lo que está pasando es que no es tanta la gente que recibe remesas como uno hubiese pensado. Es poco más del 20% de la población el que está recibiendo remesas; un número importante, pero no es todo el mundo como la gente piensa”.
Entre los más pobres, la participación promedio de la remesa en el ingreso del hogar ronda el 59%.
Este dinero, en cuanto al impacto, es calificado como «pro-pobres»; ya que mejorara la distribución del ingreso en la población más necesitada.
“Forma parte de esa película sobre por qué se está recuperando el consumo. Allí, sin duda alguna, las remesas tienen algo que ver con eso”.
El coeficiente de Gini es 3% inferior a lo que hubiera sido en ausencia de las remesas, ratificando el resultado.
Fuentes estiman que en el futuro cercano la población migrante venezolana
seguirá creciendo hasta alcanzar los 8,9 millones de personas.
Como contrapartida, se prevé que el flujo de remesas familiares se consolidará como uno de los flujos financieros externos más grande. En la mermada economía venezolana.
De igual forma, especifican que las remesas ya representan -y seguirán representando- un importante complemento del ingreso familiar; con un rol creciente en el sostenimiento de su bienestar.