Escasez de combustible y derrames de petróleo semanales condenan operatividad de PDVSA

Con una industria petrolera padeciendo entre la desinversión, la poca pericia de buena parte de su mano de obra, y víctima de una administración precaria, experimenta los efectos de un coctel perfecto para que los accidentes estén a la orden del día.

Petróleos de Venezuela (PDVSA), que en su época de oro fue catalogada como la quinta mejor petrolera del mundo, hoy es sólo un mito de lo que fue.

En estados como Monagas y Anzoátegui los continuos reportes sobre la presencia de petróleo en aguas dulces y saladas son objeto de denuncias constantes.

Situación fuera de control

José Bodas, secretario general de la Federación Unitaria de Trabajadores Petroleros (Futpv), sostiene que las fugas de crudo no han podido ser controladas debido a la falta de mantenimiento e inversión, reseñó Crónica Uno.

Precisa que han entregado informes en los cuales explican el estado actual de Pdvsa, en los que evidencian que tanto taladros como refinerías han sido desmanteladas.

Detalla que se requiere una gran inversión del Estado para recuperar la empresa y evitar accidentes que pongan en riesgo tanto a la ciudadanía como al ecosistema.

“En 2010 decíamos que la empresa petrolera se caía a pedazos. En un informe especificamos como se encuentran los taladros, las refinerías, los muelles y las áreas operativas de la industria, pero no se ha escuchado a los trabajadores. Han desmantelado taladros para venderlos como chatarra. Esto es consecuencia de la falta de inversión y mantenimiento”, subraya.

La opacidad es uno de los activos más resaltantes de la administración madurista, razón por la cual es imposible acceder a la data oficial.

«Hay que dejar claro que no tenemos cifras oficiales sobre la cantidad de derrames ocurridos ni en Monagas ni en Anzoátegui, ni en la Faja Petrolífera del Orinoco. Lo que sí sabemos, por los trabajadores, es que hay entre dos y tres derrames de petróleo a la semana. Cuando no es en Morichal, es en Temblador, en El Tejero o en Punta de Mata”.

Zulia, una bomba de tiempo

Hace 106 años se produjo en el Zulia el boom de la era petrolera que llevó a Venezuela al desarrollo industrial y a la modernidad.

Hoy, bajo el régimen de Maduro, todo es abandono y caos. Tuberías corroídas y con perforaciones por falta de mantenimiento e inversión.

En el Zulia hay entre 15.000 a 17.000 pozos de petróleo activos e inactivos, de los cuales más de 5.000 están dentro del Lago de Maracaibo.

Más de 14.000 kilómetros de tuberías enterradas y 200 estaciones de flujo, reseñó Energía 16.

En Lagunillas, una localidad del estado Zulia, el petróleo brota por las costas y avenidas. Esta situación no es nueva.

La falta de mantenimiento y de equipos hacen posible estas circunstancias paradójicas y espantosas. Pescadores, indígenas y habitantes de palafitos, conviven con esta gravísima contaminación.

Río de Petróleo

Van cinco derrames de ese mismo tubo en un poco más de un año en Río Seco, estado Zulia, provenientes de la refinería Cardón, donde se bota continuamente hidrocarburos al golfo de Venezuela.

Nelio Medina, vocero principal del Consejo de Pescadores de Río Seco, certificó que, efectivamente, hay un nuevo derrame y PDVSA no ha tomado los correctivos necesarios.

En relación con el primer evento, que ocurrió a un kilómetro del pueblo, en Arajó y Maragüey, y cuyos restos petrolíferos fueron a depositarse en los manglares de Maragüey.

Escasez de combustible

Al drama de los accidentes petroleros se suman otros hechos, vandálicos o no, producto de la misma situación que golpea a todo el país.

Según reportes en redes sociales, uno de los más recientes ocurrió en la subestación de El Guayabo, en el estado Yaracuy, donde se habría realizado una «extracción irregular de gasolina».

Otro hecho ocurrió en Delta Amacuro, donde tuvieron que amarrar varios botes a un lanchón que trae encomiendas desde Trinidad y Tobago porque no tienen gasolina para sus motores.

2020: Un año de derrames y accidentes

Los constantes derrames de crudo que se registran en estados como: Carabobo, Falcón, Anzoátegui y Zulia, convierten a PDVSA en productora de ecocidios a granel a lo largo del país.

Esta situación no solo afecta a la naturaleza, sino incluso a poblados enteros.

A estos derrames petroleros, se unen otras calamidades ambientales registradas en 2020.

El derrame de crudo en el golfo Triste y el del Golfete de Coro.

Igualmente el del buque de almacenamiento y despacho de crudo, Nabarima, con 1,3 millones de barriles de petróleo, que estuvo a punto de hundirse con su cargamento en el golfo de Paria, estado Sucre.