Laboratorios, cultivos y guerrilla: el camino de Venezuela a ser productor de cocaína

Venezuela está produciendo cocaína. Un trabajo de investigación ha revelado los detalles de cómo, poco a poco; Venezuela ha ido dando paso a ser productor de este inhalador psicotrópico.

El portal InSight Crime ha revelado todos los detalles de está transformación.

Los antecedentes se remontan a octubre del año 2021. En aquella fecha el Ministerio del Interior, Justicia y Paz;  informó sobre la destrucción de ocho laboratorios de cocaína en el Zulia.

En la operación los militares incautaron casi media tonelada de coca; y cerca de diez toneladas de pasta de coca. Además, erradicaron 32 hectáreas de cultivos de coca y destruyeron más de 300.000 plantas.

En la región del Catatumbo, en Colombia. Cerca de la frontera con Zulia, 32 hectáreas no son más que un cultivo de coca de tamaño mediano según informa InSight Crime. Afirman que este cultivo “está lejos de ser toda la coca que existe en Venezuela”.

InSight Crime ha descubierto evidencias de la presencia de cantidades significativas de coca; en al menos tres municipios del Zulia. También en el estado Apure. Estas evidencias han sido verificadas y corroboradas por múltiples fuentes confiables del portal.

A través de diversas fuentes, agencias internacionales y los propios informes del gobierno venezolano; se evidencia que los laboratorios de cristalización de cocaína han estado proliferando en las mismas áreas.

Las plantaciones y laboratorios están ubicados en territorios controlados por grupos guerrilleros colombianos. Durante generaciones han acumulado experiencia en la siembra y la comercialización de la coca. También mantienen estrechos vínculos con agentes del Estado venezolano.

Al parecer la mayor parte de estos grupos opera libremente.

Se estima que la producción de cocaína en Venezuela es incipiente. InSight Crime afirma que esto representa sólo una gota en el océano; “en comparación con los niveles históricos que se han registrado en Colombia en los últimos años”.

Las regiones fronterizas del país, pobres, aisladas, abandonadas por el Estado y dominadas por grupos armados; representan un lugar perfecto para la extensión de estos grupos.

Foto: InSight Crime

El Catatumbo y el Zulia: Colegas criminales

InSight Crime enumera las diversas razones por las cuales la región colombiana del Catatumbo y el estado Zulia han sido “colegas criminales”. Durante años.

La Sierra de Perijá es una región remota que divide ambos territorios. Este lugar ofrece el clima ideal para el cultivo de coca; y la geografía para instalación de laboratorios.

Estos sitios son protegidos por grupos para evitar que sean descubiertos por las autoridades.

En el lado colombiano, grupos guerrilleros como las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia (FARC) y el Ejército de Liberación Nacional (ELN); utilizan sus vínculos con las comunidades rurales para fomentar el cultivo de coca.

Actualmente, la ex-FARC Mafia, las disidencias de las FARC que no reconocen el acuerdo de paz de 2016; mantienen su participación en el narcotráfico. Asegura el portal.

En el lado venezolano, el acceso de Zulia al Caribe a través del Lago de Maracaibo, así como numerosas pistas de aterrizaje clandestinas; han convertido al estado en un punto de despacho clave para los cargamentos de drogas hacia Centroamérica y el Caribe.

Esta economía criminal binacional funciona en ambas direcciones. Mientras que la cocaína colombiana llega a Venezuela para su exportación. La mano de obra venezolana se mueve a Colombia para trabajar en los campos de coca.

La mano de obra migrante no es la única contribución de Venezuela a la producción de cocaína en Colombia.

“Los productos químicos son muy fáciles de conseguir en Venezuela”. Dijo a InSight Crime un político de la oposición en Zulia; que prefirió no ser identificado por razones de seguridad. “Y se destinan directamente a la producción de cocaína”.

Según fuentes, los cultivos de coca estarían en los municipios zulianos de Jesús María Semprún, Catatumbo y Machiques de Perijá. En muchos casos, estos cultivos están controlados por guerrilleros del ELN. Que adquieren tierras aptas para la producción de coca.

Desde la desmovilización de las FARC en 2017, el ELN ha llegado a dominar el cultivo de coca en el Catatumbo colombiano; al tiempo que consolida su presencia en Zulia. Donde al parecer operan con una impunidad casi total.

cocaína Venezuela
Foto cortesía

Apure como epicentro guerrillero de Venezuela

En el estado Apure no hay lugares aptos para el cultivo de coca. En comparación con las montañas tropicales de Zulia. Los pastizales llanos de Apure no son adecuados para ello.

Sin embargo, Apure comparte muchas de las características criminales del Zulia. Siendo Apure fronterizo con el departamento colombiano Arauca —un histórico bastión de la guerrilla—; sus sabanas poco pobladas han servido durante décadas como refugio de las FARC y el ELN.

También sirve de punto de partida de los narcovuelos hacia Centroamérica.

Según Mildred Camero, expresidenta de la Comisión Nacional contra el Uso Ilícito de las Drogas (Conacuid) de Venezuela; ocasionalmente se han encontrado pequeñas plantaciones de coca en el estado, al menos desde comienzos de la década de 2000. Y ahora, al igual que en Zulia, hay señales de una aceleración de la producción de cocaína en la región.

Al parecer, en Apure se encuentran plantaciones de coca dispersas en los municipios de Rómulo Gallegos y Pedro Camejo.

“Están sembrando mucho; siembran un poco por allá. Encuentran un buen punto y siembran dos hectáreas por aquí, otra hectárea por allá, media hectárea más abajo”, dice uno de los políticos. “Donde pueden cultivar 50 [hectáreas], las cultivan. Donde pueden cultivar 20, las cultivan”.

Las fuentes consultadas por InSight no dan detalle sobre el tamaño de las plantaciones; dado que están fuertemente custodiadas por guerrilleros.

Al igual que en Zulia, hay evidencia de que la expansión del cultivo de coca en Apure está siendo facilitada por grupos guerrilleros; que utilizan testaferros para comprarles tierras a agricultores empobrecidos de la zona.

También amenazan a quienes se niegan a vendérselas.

Foto cortesía

Venezuela, ¿el siguiente productor de cocaína en América Latina?

Aún no está claro en qué medida la producción de cocaína ha echado raíces en Venezuela. Si bien InSight Crime sólo tiene evidencia sustancial de plantaciones en dos estados. Hay rumores en torno a la producción en toda la región fronteriza con Colombia, e incluso más allá.

En el estado Amazonas, ubicado en el extremo suroccidental en límites con Colombia y Brasil, un representante indígena,;que no quiso ser identificado por razones de seguridad. Dijo a InSight Crime que se han visto cultivos de coca en los municipios de Autana y Maroa; así como laboratorios de cristalización en Autana.

“Los cultivos [de coca] comenzaron a aparecer hace unos tres años”, dijo durante una entrevista en 2020. “Se siembran en áreas desprotegidas que no tienen títulos legales. [Los grupos guerrilleros] reclutan indígenas para sembrar, cosechar y cuidar la tierra”.

La geografía y el clima del estado hacen que dicha afirmación sea verosímil, pero, debido a la remota ubicación del estado; InSight Crime no ha podido verificar las afirmaciones.

Camero, la exzar antidrogas, declaró que en sus años de experiencia ha registrado cultivos de coca en Amazonas y en el estado fronterizo de Táchira; e incluso ocasionalmente en estados centrales como Guárico. También ha recibido informes de pequeñas instalaciones de procesamiento de cocaína en los estados de Guárico, Falcón, Bolívar y Monagas; aunque no está claro si se trata de laboratorios de cristalización, o simplemente de sitios donde se preparan drogas procesadas para la venta al por menor.

Pero independientemente de la magnitud actual, el riesgo sigue siendo alto: Una vez que la producción de cocaína se arraiga en un país; es muy difícil dar marcha atrás.

Como demuestra la experiencia de Colombia, los cultivos de coca ofrecen ingresos irresistibles tanto para grupos criminales como para agricultores arruinados, y una vez que la práctica está firmemente establecida; los intentos de erradicarla fomentan conflictos, resentimiento y mayores lazos entre los grupos armados y las comunidades rurales.

Actualmente, la producción de cocaína en Venezuela; está siendo impulsada por los mismos grupos expertos en capitalizar estas dinámicas para promover la producción de cocaína en Colombia.

Estos grupos guerrilleros tienen una poderosa motivación para actuar a través de la frontera: la oportunidad de controlar cadenas de suministro autónomas donde pueden cultivar coca, procesar cocaína y despachar vuelos internacionales de drogas, todo dentro de un área donde pueden operar con una virtual impunidad gracias a sus vínculos con elementos corruptos del Estado.

Dado que Venezuela se ha venido hundiendo cada vez más en la ruina económica y el caos criminal, ofrece un terreno fértil para el arraigo de dichas dinámicas. A esta volátil mezcla se suma un gobierno con problemas de liquidez y aislado por la comunidad internacional; y que por mucho tiempo se ha mostrado dispuesto a tolerar o incluso facilitar el tráfico de drogas.

Y si bien la mayor parte de la producción de cocaína en Venezuela hasta ahora no parece más que un retoño de las operaciones colombianas. El país también alberga una gran cantidad de actores criminales locales que; como parece estar sucediendo en Zulia, pueden tratar de apoderarse de esta naciente economía.

“[Los venezolanos] tienen más capacidad que antes”, dijo Camero; cuando se le preguntó sobre los factores que impulsan la escalada de la producción de cocaína en Venezuela. “Han adquirido conocimientos; tienen sus propios contactos. Saben dónde están las rutas y pueden operar de manera independiente, sin depender de los colombianos”.

Si estos procesos continúan sin control, la transición de Venezuela de país de tránsito a país productor de cocaína podría apenas estar comenzando.