Tribunal condena a 15 años de prisión a militares por trato cruel

La fiscalía y los tribunales de Guanare, en Portuguesa, desempolvan los casos de violación de derechos humanos en los que se implica a agentes policiales y militares durante las protestas callejeras de 2014 y 2017.

El pasado 17 de septiembre concluyó el  juicio oral a los acusados Yimberly del Carmen Silva, de la Guardia Nacional, e Irma Castillo y Elix Samuel Hernández, de la Policía del Estado Portuguesa (PEP).

A quienes el tribunal  dictó sentencia condenatoria para una pena de 15 años y 6 meses de prisión. El juez ordenó la medida privativa de libertad  inmediata, quedando detenidos desde la misma  sala de audiencias; ya que venían enfrentando el proceso penal en libertad.

Los agentes están acusados por la Fiscalía Octava del Misterio Público con competencia en protección  de derechos Humanos; quien activó el proceso penal a los investigados por hechos ocurridos en 27 de julio  del 2017 en la población de Biscucuy, municipio Sucre.

Por la presunta comisión del delito de trato cruel; previsto en el artículo 115 de la Ley especial para prevenir y sancionar la tortura y otros tratos crueles y degradantes.

La  víctima del delito

En este caso, fue Kleivy Vega y su adolescente hija (identidad omitida por razones de ley) quienes fueron detenidas y sometidas por la fuerza pública  en el marco de las protestas del año 2017.

De acuerdo a la versión del Ministerio Público, ambas mujeres  fueron golpeadas, heridas y detenidas en durante este  evento,  ocurrido hace más de  cuatro años.

Según  los familiares de los acusados y sus abogados defensores se conoció que el juicio se realizó  en sesiones continuas y cuyo objeto era condenar sin fundamento  a  los funcionarios que  legítimamente  ejercieron funciones  resguardo y seguridad del municipio Sucre, en Biscucuy.

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«Actuaron conforme a la ley, la protesta desencadenó en hechos violentos de obstrucción de vías, daños a la propiedad y resistencia a la autoridad  y  como consecuencia están detenidos varios ciudadanos entre los cuales figura la víctima», señaló uno de los familiares.

Cabe destacar que, a  la fecha de la realización del juicio oral, la víctima se encontraba fuera del país. Está radicada en Bogotá, Colombia,  desde hace tres años. Está imputada y goza de una medida cautelar sustitutiva de privación de libertad. Su caso judicial aún está en curso.

Fuente Una Ventana a la Libertad