Romario: Los secretos íntimos del exjugador de Fútbol brasileño

El futbolista brasileño Romario fue uno de los mejores delanteros que jamás haya jugado en el fútbol brasileño. Fue un futbolista de primer nivel que brilló tanto en los distintos clubes en los que jugó como en la selección brasileña.

Un poco de la trayectoria de Romario

Romario emergió como una sensación adolescente a mediados de la década de 1980 en Brasil y después de brillar para el Vasco da Gama y la selección brasileña en los principales torneos internacionales; se mudó al club holandés PSV Eindhoven que realmente lo impulsó a la fama.

Después de anotar un ritmo asombroso durante cinco temporadas, pasó a jugar para el Barcelona en uno de sus equipos más famosos bajo la dirección de Johann Cryuff. El mejor momento de Romario como futbolista llegó en el año 1994 cuando llevó a Brasil a su 4º triunfo en la Copa del Mundo en los Estados Unidos y tres años más tarde ganó la Copa América.

Jugó al más alto nivel del fútbol de clubes brasileño hasta los 39 años y siguieron anotando constantemente a pesar de la disminución de sus poderes. Tras su retiro del fútbol profesional, Romario ingresó a la política y estableció una exitosa carrera. Se opuso a la decisión de Brasil de organizar la Copa del Mundo en 2014 debido a los enormes costos involucrados.

Secretos revelados:  “Tenía sexo y después iba al partido”

El exfutbolista brasileño de 56 años, senador en su país, ha revelado algunos de los aspectos más íntimos de su vida. Romario ha anotado más de 1.000 goles en una trayectoria deportiva que será recordada por siempre, en la entrevista comentó que siempre le gustó salir de fiesta y que tenía la costumbre de tener sexo en los partidos, aunque eso nunca lo agotaba para los entrenamientos y dormía bien.

“Tienes que hacer lo que te funciona. El sexo, para mí, siempre fue la hostia. A veces, el día del partido, me quedaba en casa, apartado del resto del equipo. Si me despertaba con ganas, tenía sexo con mi mujer y después iba para el partido. En el campo, estaba relajado… Ligero”, explicó.

Contaba con algunos beneficios

Tenía acuerdos que le permitían salir de fiesta, pero nunca faltaba a los entrenamientos. Eso lo dejó muy claro. «Se dijo tanta mierda sobre eso: Romario no duerme… ¡Sí que duerme! Es que se despierta más tarde. Romario no entrena… ¡Sí que entrena! Pero no a las 9 de la mañana. Los directivos lo sabían. Si se lo explicaban a los entrenadores… Bueno, eso ya no era problema mío».

Asimismo destacó que ha madurado con el tiempo y no se arrepiente de haber hecho algo en su vida porque cada etapa consideró que era un hombre diferente impulsado por ciertas condiciones. Romario se casó con Isabelle Bittencourt en 2002. La pareja tiene dos hijos: Romarinho e Isabellinha Faria.

«Me metí en política por personas como Ivy. Mi hija nació con Síndrome de Down. Ivy me hizo darme cuenta de que necesitaban ayuda y tenían pocos representantes en la política. Ahora soy conocido por defender a esas personas, especialmente las que son menos favorecidas. Tienen el mismo derecho que nosotros a formar parte de la sociedad» describió Romario.

Romario se unió a la política

después de su carrera como jugador y en 2010 ingresó a la Cámara de Diputados como miembro del Partido Socialista Brasileño. Cuatro años después, se convirtió en miembro del Senado brasileño después de obtener el número récord de votos para cualquier candidato de Río de Janeiro en la historia.

Se convirtió en un abierto defensor de los derechos de las personas con discapacidad, inspirado por su hija Ivy, que nació con síndrome de Down. En 2018 anunció su candidatura a gobernador del estado de Río de Janeiro, pero perdió en la primera vuelta de la elección.

Un momento notable

en sus últimos años llegó en 2007  mientras jugaba para el Vasco, anotó lo que consideró el gol número 1000 de su carrera, una cuenta que incluía goles marcados en partidos amistosos y juveniles, que no son contados oficialmente por la FIFA.

“¿Si me arrepiento de algo? Hombre, te lo voy a decir, ya he sido de todo: chulo, presumido, gilipollas, cabrón… La lista es larga. Pero tienes que juzgar cada acción según el momento en que pasó. Yo era un tipo distinto antes, y el mundo del fútbol era un lugar distinto. He venido de la nada. Tuve que luchar mucho para llegar a la cima, y acabé exteriorizando todas mis emociones. Todo lo que he hecho, de bueno o de malo, ha sido con el corazón”.