RICHARD KUKLINSKI: El Hombre de Hielo

Richard Kuklinski también conocido como “El Hombre de Hielo” fue un asesino a sueldo norteamericano que ejecutó buena parte de sus asesinatos por encargo de la mafia italiana de Nueva York, principalmente bajo las órdenes de la familia Gambino para quienes trabajó durante un par de décadas.

Sus víctimas iban desde simples deudores de apuestas a connotados capos de la mafia, como Paul Castellano, Carmine Galante y su propio jefe directo, Roy DeMeo. Sus variados métodos para asesinar incluían desde un picahielo a un mazo, pasando por pistolas, ballestas, cianuro e inclusive el uso de roedores.

Su detención y confesión en 1986 sorprendió a sus familiares y amigos quienes lo consideraban un hombre correcto, además de un padre de familia ejemplar. En entrevistas posteriores reconoció haber matado alrededor de 100 personas a lo largo de su carrera delictual entre los años 1948 a 1986.

En un documental que realizó la cadena de televisión HBO sobre su vida, estando en prisión, Richard Kuklinski declaró que, en su caso, “el asesinato era vocacional”, pues quitar la vida a sus víctimas le causaba placer.

El placer de matar 

Su biografía carece de elementos glamourosos. Derrochaba músculos rotundos, tatuajes, barba y una crueldad inaudita. Richard Kuklinski nació en la ciudad de Jersey en 1935. Su padre, alcohólico, solía pegarle con frecuencia y su hermano mayor fue sentenciado a cadena perpetua tras violar y asesinar a una niña de 12 años.

Durante su adolescencia, Kuklinski se deleitaba torturando animales. Uno de sus pasatiempos consistía en arrojar gatos vivos al horno familiar. Con 14 años liquidó a otro muchacho de su misma edad para “proteger su territorio”, como él mismo declararía posteriormente. Fue su primer asesinato.

En 1960 conoció a Bárbara Pedrin, su futura esposa, con la que tendría tres hijas. Su trabajo en la industria del cine, donde traficaba con pornografía que revendía a la familia Gambino, le introdujo en los círculos mafiosos. Pronto, fue contratado para cobrar deudas y su nombre circulaba por las calles como un viento de muerte.

El sicario de la mafia

A las órdenes de Roy DeMeo, psicópata y matón prominente, perfeccionó sus métodos de trabajo. La clave para ganarse al mafioso consistió en matar a un hombre elegido al azar. La víctima paseaba a su perro por la calle y Kuklinski actuó sin dudarlo un instante. Roy DeMeo estaba impresionado: el chico “prometía” y así, durante casi 20 años, los dos hombres lideraron un grupo al que se le atribuyen más de 100 asesinatos. Kuklinski cobraba 50 mil dólares por encargo.

Junto a su familia, compró una casa lujosa y en ella organizaban reuniones con amigos y familiares, sin embargo, la relación con su esposa fue cualquier cosa menos idílica, pues trató de ahogarla con una almohada, la amenazó con una pistola y estuvo a punto de atropellarla. Ella siempre achacaba estos sucesos al estrés que padecía su esposo y terminaba perdonando sus excesos.

Kuklinski alcanzó un enorme grado de sofisticación en el uso de cianuro para matar a muchas de sus víctimas. Lo hacía con un inhalador nasal que empleó, por primera vez, con un vagabundo que usó como conejillo de indias. El hombre murió en 15 segundos. Con respecto a esta técnica mortal, señalaba, “lo importante es sorprender a tu objetivo y aplicar la solución en su rostro. Así, todo el mundo creerá que ha sufrido un infarto”.

El apodo de “Hombre de Hielo” se lo ganó por el hecho de congelar algunos cuerpos con el fin de despistar a la policía sobre el momento en que cometió los crímenes. En 1983 mantuvo el cuerpo de Louise Masgay congelado durante dos años, pero cuando lo encontraron, se dieron cuenta de que había hielo en su interior. Fue un error, pues si  hubiese esperado unas horas más nadie se habría dado cuenta de lo que ocurría.

Pero lo cierto es que, con 50 años, Kuklinski se sentía cansado y comenzó a cometer errores. También era más despiadado y asesinó a varios de sus socios. La policía sospechaba de él y el agente Dominick Polifone, consiguió infiltrarse y reunir pruebas en su contra.

Cuando lo atraparon, en 1986, su familia sufrió un colapso. Jamás había sospechado del respetable marido y prominente hombre de negocios. Kuklinski no sólo no negó los cargos, en principio sólo cinco asesinatos, sino que añadió varias decenas. Sin eufemismos, demostraba un ego de proporciones superlativas.

En 1988 fue sentenciado a dos cadenas perpetuas. Falleció por causas desconocidas en la prisión de Nueva Jersey el 06 de marzo de 2006.

En una entrevista otorgada a HBO, “El Hombre de Hielo” cuenta que una Nochebuena tuvo que salir a cobrar una deuda. El tipo no quería pagarle, así que lo mató con una pistola. Estaban dentro de un automóvil y le disparó. “Fue muy ruidoso, me estuvieron pitando los oídos un buen rato”. Luego regresó a casa y se puso a preparar los juguetes de Navidad para los niños. En la televisión dijeron que se trataba de un asesinato relacionado con la mafia. “Aquella fue la primera vez que supe que estaba relacionado con la Mafia”, señaló sonriendo.