Periodistas venezolanos quedaron relegados a trabajadores informales censurados y sin beneficios de ley

Ejercer la carrera de periodista en un contexto de crisis, ha matado la capacidad de sobrevivencia del negocio de la comunicación, que en el caso venezolano viene acompañado de censura gubernamental, restricciones económicas y una suerte de muerte en vida de los pocos medios disponibles.

Desde 2014 las compras y ventas de medios, así como los cambios en sus líneas editoriales, han sido una realidad ineludible al que se han enfrentado desde los tradicionales hasta los emergentes digitales.

Estas transformaciones vinieron de la mano con la precariedad salarial, la merma en los beneficios contractuales, irregularidades en los pagos y una informalidad creciente en la relación laboral.

Más de 100 años de historia llevados a la debacle

Uno de los casos más llamativos en los medios tradicionales ocurrió con el diario El Universal, cuando en 2014 se finiquitó una «venta», bajo condiciones que aún no se conocen del todo, a una empresa española recién creada llamada Epalisticia.

Pese a haberse prometido que no se alteraría la línea editorial fue una de las primeras acciones de los nuevos dueños, quienes suavizaron la influencia crítica contra la administración Chávez-Maduro.

Con esta acción y los presuntos vínculos con personeros del régimen, sus trabajadores comenzaron a padecer poco a poco los efectos de una administración dudosa y con poca o ninguna experiencia en medios.

«Sueldos no sirven para nada»

«Trabajo en El Universal hace 17 años. Siempre tuvimos los beneficios de ley, seguro HCM, escalas salariales, etc. Con la primera venta del diario en el 2014 comenzaron a mermar estos beneficios, producto también de la hiperinflación el seguro y los sueldos no servían para nada, sin embargo se mantenían«, relató una de las periodistas que aún pertenece a la plantilla del diario, pese a reconocer que actualmente debe tener múltiples empleos para poder subsistir.

Actualmente los empleados de El Universal ganan 7 bolívares mensuales, más 3 bolívares por concepto de tickets de alimentación, lo que se traduce en 10 bolívares a nivel de nómina real.

«En el 2020 una nueva venta y la pandemia terminaron por destruir lo que quedaba. Todos los empleados pasaron a ganar sueldo mínimo, desapareció el seguro y el fideicomiso. No hubo respuestas, ni explicación, ni presentación, hasta el día de hoy, de los nuevos dueños ni de quien asumió como presidente. Nos enviaron a trabajar desde casa y se nos informó recibiríamos un bono mensual en bolívares, equivalente a $50».

La periodista a su vez revela que actualmente tienen prohibido ingresar a la torre a laborar, y se ha evidenciado gracias a algunos colegas el precario estado general en el que se encuentran las instalaciones, donde abundan las filtraciones, ausencia de aire acondicionado así como el acceso a internet.

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«Trabajamos informalmente»

Para la comunicadora resulta increíble que la nueva administración, sin previo aviso, no haya reconocido las categorías existentes en sus contratos y haya relegado a todo el personal a ser periodista I.

«Prácticamente trabajamos informalmente, aunque cotizamos en el Seguro Social. Recientemente varios compañeros, algunos hasta con más de 20 años de trabajo en El Universal, pidieron una carta de trabajo donde aparecen como periodista 1, el escalón más bajo de la tabla, aún cuando ya fungían como editores de una sección. Al reclamar a la gerencia de Recursos Humanos sólo se limita a responder que eso es lo que aparece en el sistema, lo que comprueba que todos, editores, coordinadores y periodistas, pasaron a ser solo periodista 1. Algo que a juicio de los empleados es totalmente ilegal rebajarlos de cargo sin ni siquiera un aviso«.

La directiva tras la empresa

El empresario Gustavo Perdomo, quien forma parte de la directiva del canal venezolano Globovisión, asumió la presidencia del centenario diario venezolano El Universal.

El paso de mando ocurrió oficialmente el 25 de septiembre de 2020, en medio de la pandemia; aunque oficialmente nunca hubo un anuncio hacia los empleados.

Elides Rojas, quien había sobrevivido a la primera venta del medio, y tenía el cargo de vicepresidente del diario fue sustituido  por el periodista zuliano Oscar Silva, quien también viene de Globovisión, donde se desempeñaba como asesor de prensa.

Perdomo es señalado de formar parte de la banda ‘Los Enanos’, un grupo de empresarios que operarían como testaferros del régimen de Nicolás Maduro. También, figura como socio de Raúl Gorrín, quien está sancionado por el Departamento del Tesoro de Estados Unidos.

La justicia estadounidense ha acusado a Gorrín de malversación de fondos y lavado de dinero, manteniendo sobre él una recompensa de 10 millones dólares por datos que propicien su captura.

La cara menos amable de los alternativos

Los medios alternativos no escapan de la precaria situación salarial hacia los periodistas, muchos de ellos que nacieron en medios impresos, radiales o televisivos y emigraron al plano digital.

Caraota Digital es uno de los portales que actualmente cancela entre 130 a 150 dólares mensuales a sus redactores, y 200 dólares los reporteros.

«La situación no deja de ser caótica porque los pagos pueden que se den o no. En ocasiones pasa la fecha de cobro y nos terminan pagando 2 semanas después, incluso, ha ocurrido que se juntan dos fechas de pago y nos cancelan una parte mientras nos deben otra», relató un comunicador de la plantilla que prefirió guardar su nombre para evitar represalias.

«No hay relación laboral alguna «

Por su parte, Ángel (pseudónimo para proteger su identidad), quien laboró 2 años en Caraota Digital explicó que decidió salir de la empresa cuando se comenzaron a manejar salarios discrecionales.

«Yo estaba ganando 130 dólares y me enteré que estaban contratando personal. Una excompañera de la universidad fue llamada y le ofrecieron 150 dólares cuando ella tenía mucho menos experiencia laboral que yo. Ante esa discriminación, y en plena pandemia preferí salir de ahí. Lamentablemente como no hay contratos ni relación laboral alguna no podemos denunciar».

Opacidad y negocios con el poder

Por su parte, el creador de Noticias 24, Frank de Prada, fue señalado como «como agente activo de la inteligencia española, practicante del doble juego político y un experto en guerra sucia», según reporte de Diario de Las Américas.

En sus inicios, el portal logró una alianza con el departamento de Nuevos Negocios de El Nacional, sin que la misma pudiese prosperar por diferencias entre las partes.

La propuesta de este sitio informativo era vender la marca como franquicia en distintos estados de Venezuela, pero sólo se concretó la negociación de la oficina abierta en Carabobo y tiene por nombre noticias 24 Carabobo.

Sin embargo, luego de esta transacción, la firma matriz volvió a asumir la dirección de la división y recientemente, según trascendió, fue vendida en principio al exgobernador Francisco Ameliach y  actualmente se desconoce si permanece bajo su poder.

Despidos indirectos

Tras diversas reestructuraciones internas el portal en Caracas fue rebautizado como Noticias 24 Mundo.

Redactores del portal aseguraron, en exclusiva para Cima 360 News, que sus salarios rondan entre los 90 y los 130 dólares mensuales, pero durante el mes de octubre recibieron la noticia de la suspensión de los pagos «porque no había dinero para cancelarles».

«Sin previo aviso se nos informó que la empresa no tenía capacidad de continuar pagando los salarios. Se estableció que el trabajo volvía a modo remoto y que esperaban a final del mes en curso (noviembre) cancelar lo adeudado, pero no había seguridad. Algunos simplemente renunciaron y otros aún están actualizando lo mínimo diariamente con la esperanza que les puedan pagar», explicó Omar uno de los periodistas afectados, (nombre ficticio para proteger su identidad).

La acción de este portal podría ser considerada por la legislación venezolana como un «despido indirecto» situación que está prohibida por decreto especial de inamovilidad laboral, más el decreto de emergencia por efecto de la pandemia.

«Lamentablemente la necesidad nos obliga a aceptar estos trabajos, que si bien sabemos lo mal pagados que son los aceptamos ante la disyuntiva de colgar nuestro título y nuestra vocación o laborar. Algunos no hemos tenido la suerte de salir del país aún y ver como podemos sobrevivir afuera, otros simplemente jugamos a la resiliencia y apostamos porque los medios serios volverán y el país tendrá nuevas oportunidades. La realidad es que las empresas de comunicación están muriendo y el futuro es una quimera», dijo.