Los venezolanos asumen todo tipo de riesgo en su intento de llegar a los Estados Unidos

La migración en las últimas semanas ha sido significativa y la situación actual en la frontera de Texas y México es un reflejo de la necesidad que están pasando los ciudadanos de América Latina y el Caribe, quienes abandonan su país, incluso caminando, para buscar mejores oportunidades pese a la actual pandemia que vive el mundo a causa del COVID-19.

Una mezcla de nacionalidades ha azotado a la comunidad de la ciudad fronteriza de Del Río, lugar de entrada de miles de extranjeros a suelo estadounidense. Los rostros llenos de sentimientos encontrados varían desde los más jóvenes hasta adultos mayores, esos abuelos que desean, o escapar de su país natal con su familia o vivir un reencuentro.

Innumerables riesgos

Al cruzar las aguas en la frontera de Estados Unidos los riesgos que asumen son innumerables, pues entre ecuatorianos, brasileños, nicaragüenses, venezolanos, haitianos y cubanos suman alrededor de 14.000 migrantes, que se concentran en la ciudad de Del Río, ubicada en el estado de Texas.

Debajo del puente fronterizo se estima que 12 mil de lo extranjeros son de Haití, quienes han recorrido varias naciones para lograr cruzar la frontera hacia Estados Unidos, la mayoría provenían de países como Chile, Colombia, Brasil y Perú. Los migrantes sobreviven en carpas, luchan por comer algo diariamente, se ayudan unos a otros, y sin ser parientes, es increíble como con el corazón roto anhelan cumplir sus sueños en Estados Unidos

Todo por cumplir «el sueño americano»

Años atrás, lo más normal era ver a los migrantes trasladarse en avión y entrar a Estados Unidos como turistas, aunque después se quedaran pidiendo asilo y trabajando, pero la situación ha cambiado para ciudadanos de países como Venezuela y Haití, pues la única opción que tienen para llegar a los Estados Unidos es caminando por días. Esta modalidad se ha acentuado más, en el último año y los extranjeros acostumbran a ir en grupos. Aquí imágenes que dicen más de mil palabras de esta trágica travesía.

Luego de que la pandemia dejó sin empleos a miles de extranjeros y desde allí les ha sido imposible estabilizarse en su país, estos ciudadanos buscan mejoras no sólo salariales, sino en tema de salud y educación para sus familias. Miles de venezolanos salen huyendo, desesperación que los ha llevado incluso a la muerte…

17 migrantes muertos este año en la frontera México-Estados Unidos

Este sábado, el Instituto Nacional de Migración (INM) de México informó que 17 migrantes han perdido la vida en su intento de llegar a los Estados Unidos. La mayor causa de muerte ha sido ahogamiento, cuando tratan de cruzar el río Bravo en la frontera. Las víctimas registradas han sido de Cuba, Venezuela y Honduras.

El INM informó que en el río Bravo recuperaron nueve cuerpos de indocumentados, los cuales no pudieron cruzar por la fuerza del cauce, ocho eran hombres, un menor de edad y una mujer. Las muertes se deben al aumento récord de las cifras de migración irregular en la frontera de México con Estados Unidos.

“El éxodo de Venezuela parece no tener fin, así que existe la posibilidad de que se convierta en una crisis olvidada”, sostiene Eduardo Stein.

Morir en el río o seguir adelante

Los riesgos de morir cruzando el río son altos, pues todo depende de la fuerza de las aguas en ese momento. El viaje se hace más tenso cuando llevan niños en los brazos, pues el cansancio físico es más notorio. El peso de los paquetes que varían, pues aunque es vital transportar ropa, enseres, comida y artículos personales cuando toca decidir por la vida, muchos de estos extranjeros llegan al otro lado con las manos vacías, sin familia, sin equipaje, sin ropa sólo con miles de recuerdos y lágrimas en los ojos.

Pueden ser detenidos

La Patrulla Fronteriza lleva a cabo vigilancia con más de 12 mil efectivos, los cuales día y noche impiden el paso de migrantes a suelo norteamericano. El flujo de extranjeros aumentó exponencialmente y con ello, los arrestos. Que pueden variar de 12 horas hasta 2 semanas, sin comunicación con sus familiares.

Recientemente, los haitianos fueron perseguidos a caballo y con latigazos para impedirle el paso a Estados Unidos. El mundo vio imágenes dolorosas y muy tristes, pues los migrantes lo menos que desean al salir de ser maltratados en su país, es que la historia se repita en otra nación.

La situación en la frontera cada vez se vuelve más triste. Las historias por parte de los protagonistas son dolorosas y todos los que están alrededor llegan a la misma conclusión:“Es un drama humanitario”. Aunque organizaciones sin fines de lucro se han acercado a la frontera en México para ayudar con comida y asesoramiento legal, el flujo de migrantes es el mayor que se ha registrado.