Liberación del equivalente a 120 millones de dólares para créditos en Venezuela representa sólo el 1 % del PIB del país

El crédito ha sido uno de los principales ausentes en la política económica venezolana, tanto para el ciudadano de a pie como para el comerciante e industrial.

Aunque, recientemente el madurismo ha comenzado a ceder con cambios que apuntan a la posibilidad real de financiamiento. Pareciera que la reevaluación del accionar gubernamental es técnicamente insignificante frente a las distorsiones existentes.

Hace poco se presentaron ante el país, cuatro medidas que tienen que ver con el tema monetario, el sistema bancario, y con la creación de un fondo sobre financiamiento y emprendimiento.

Algunas medidas

Una de estas medidas anunciadas fue una reducción del 85% a un 73% del encaje legal, la cuota de los depósitos de la banca que se deben mantener en el Banco Central de Venezuela (BCV).

“Esta viene siendo una acción de política monetaria que desde el 2019 viene asfixiando al sector bancario, cuando ellos definieron que la tasa del encaje superaba el 90 %. Situación que colocó a la banca en una posición realmente comprometida; liquidando la posibilidad de otorgar créditos en la economía venezolana. El mayor ejemplo de ello fue la destrucción del crédito al consumo, la desaparición de las tarjetas de crédito. Así como el financiamiento para la compra de viviendas, vehículo. Y así sucesivamente, porque en ese contexto de hiperinflación era prácticamente imposible para la banca operar”, detalló el economista y profesor universitario Luis Crespo para Cima News 360.

Destacó que la medida representa una reducción de 12 puntos porcentuales. Lo que significa el equivalente a 65 millones de dólares, pero en bolívares, que se liberarían al sistema bancario, que a su vez vendrían a apalancar los niveles de crédito.

“A grosso modo es una medida insuficiente. Ya que, no tendría algún efecto real en la recuperación de los créditos del país”.

Una segunda medida

fue la de permitir que de la posición en dólares, de las captaciones que tiene el sistema bancario, se pueda otorgar el 10 %, pero en bolívares.

“Esos créditos se iban a indexar a la tasa del tipo de cambio que publica el Banco Central de Venezuela (BCV). Ahí hay un cambio, porque los créditos indexados existían y se indexaban al final de cada mes por una Unidad de Cuenta de Valor (UC), que establecía el BCV, un número índice, que permitía hacer ajustes. Ahora se definió que en este tipo de créditos, que no son en dólares, se va a utilizar la divisa como valor de esa cartera, según el monto de recursos que van a destinar”.

Añadió que entre ambas medidas se liberan en promedio 115 millones de dólares, que sería la capacidad para prestar de toda la banca nacional.

“Sumarían aproximadamente 115 a 120 millones de dólares. Lo que representaría 1 punto de Producto Interno Bruto (PIB), representando un efecto muy bajo, y muy nulo, lo que pudiera representar esto en la recuperación del crédito. Lo que sí significa esto es una pequeña expansión monetaria. Donde la banca tendrá más liquidez en términos de poder ampliar un poco las carteras, luego de esa asfixia, que pudiéramos catalogar como criminal, a la cual fueron sometidos”.

Aclara que es irreal pensar en una avalancha de créditos, “o que la banca va a ofrecer ampliamente esas opciones de financiamiento, ni mucho menos ver recuperación del crédito al consumo”.

Impacto de esas medidas

Crespo resaltó que esta es una economía que se ha achicado en los últimos años tras las destrucción constante de las capacidades productivas y cuatro años de hiperinflación.

“Aproximadamente el 75 % de la caída del PIB se ha producido en la gestión de Nicolás Maduro. Teniendo esas características nuestra economía está claro que el impacto de las medidas será muy reducido”.

Créditos personales y al consumo siguen en el olvido

“Contando con alrededor de 600 millones de bolívares en la banca para créditos, son recursos que lucen insuficientes. Seguramente van a ser orientados a créditos a la producción de las empresas que lo requieran, con bajo impacto. Mientras, los créditos personales no se ve alguna maniobra de recuperación. Además, con la destrucción del poder adquisitivo reflejado en las cifras de Encovi, donde, 76,6 % están en pobreza extrema. 67 % en pobreza multidimensional, y más del 94 % en pobreza por la vía de la metodología del ingreso; por lo que claramente hay una limitante en cuanto a la mejora de las perspectivas en materia del crédito al consumo”, aseguró.

“Desincentivar el uso del dólar”

Para el economista, existe una clara intención de evitar la evolución natural de la dolarización financiera y la posibilidad de activar los créditos en divisas.

“Es clara la intención del madurismo en cuanto a desincentivar el uso del dólar. Sin embargo, las expectativas para los sectores económicos, dícese, familias, empresas, la banca, es que en 2022 se trascendiera a niveles superiores en esa dolarización que está muy consolidada en la economía venezolana. Recordemos que no fue parte de una política económica, fue una reacción de los sectores ante el colapso del bolívar. El gobierno no acompañó ni impulsó esa medida. De hecho, la estigmatizó, la persiguió, amenazó, pero al final, en 2020 la asumió y hasta la reivindicó”.

Cortesía

Recalcó que el 65 % de las transacciones dentro del sistema bancario nacional están expresadas en monedas diferentes al bolívar.

“Estamos en un momento de nuestra historia donde el bolívar no significa nada. La gente no tiene confianza alguna sobre la moneda nacional. Por lo tanto es muy difícil construir confianza sobre ella. Además, la confianza sobre una moneda no se decreta, es algo que se construye y ocurre en la medida que la política económica es clara, existen equilibrios monetarios, y el dinero mantenga sus cualidades. Atributos que el bolívar perdió hace muchos años”.

Divisas Indetenibles

Manifiesta que pese a las acciones desde la cúpulas del poder, la realidad es que al punto donde estamos detener la dolarización es algo prácticamente imposible.

“Lo que puede ocurrir es que continuemos en un régimen multimoneda. Donde se puede observar que en zonas como occidente, fronterizas con Colombia se utiliza el peso colombiano con mucha fuerza. De igual forma, las grandes transacciones se realizan con base al dólar, aunque el medio de mayor uso es el peso colombiano. Se puede afirmar que una vez se pasa el Campo Carabobo y se adentra al estado Cojedes, ya el peso colombiano marca la actividad económica”.

Particularidades del sistema monetario venezolano

Destaca que el sistema monetario venezolano es ausente en algunas regiones del país ante la ausencia de una política en materia económica que sea creíble.

“Los precios, y transacciones, están marcadas por el dólar (…) Pareciera que llegó para quedarse y la única forma que eso cambie es que se consolide una política económica creíble, el rescate de las instituciones, el riesgo político y el riesgo país cambie (…) Al no existir eso en el panorama, entonces no se ve claro con este régimen y en medio de esta coyuntura la posibilidad de detener ese fenómeno y potenciar el bolívar”.

Insiste que los agentes económicos seguirán realizando sus transacciones y protegiendo sus patrimonios ante la amenaza y persecuciones, “o los regímenes tributarios que tratan de perseguir”.

“Las captaciones en dólares que recibe la banca venezolana actualmente duplicaban lo que disponían en bolívares, porque la gente asumió esa moneda. Por ello la banca comenzó a ofrecer cuentas e instrumentos financieros ajustados a esa necesidad. Ahora por la vía de la reforma al Impuesto a las Grandes Transacciones se busca desestimular ese avance. Se necesita más que un decreto o una ley para detener ese proceso. Hay factores objetivos y que tienen que ver con las condiciones macroeconómicas de un país”.

“Viraje económico silencioso”

El investigador es enfático al manifestar que las señales de recuperación continúan siendo frágiles debido a la poca transparencia por parte del Estado

“Estamos en un país donde por muchos años se transitó por graves desequilibrios monetarios, fiscales, y distorsiones cambiarias. Aunque pareciera observarse que se restablece la estabilidad de algunas variables, como por ejemplo, la cambiaria y a nivel de precios. Pues no hay perspectivas de sostenibilidad en el tiempo de esas medidas por lo frágil de la economía, así como la poca transparencia en las medidas económicas”.

“En definitiva, hay un viraje económico silencioso. Se han desmontado un conjunto de medidas, controles, que llevaron a la economía a esa grave crisis pero siguen siendo a cuenta gotas. Aún no se discuten las decisiones con los sectores, generando desconfianza e incertidumbre”.

Cree que seguiremos transitando una economía que apenas responde al desmontaje de grandes controles.

“Las perspectivas de crecimiento para 2022 requieren financiamiento, apoyo, recursos y medidas que coadyuven hacia ese crecimiento”.

Modo supervivencia

Explica que las transformaciones en el accionar de los agentes económicos vendrán de la mano según el comportamiento de la macroeconomía y los escenarios adversos.

EFE/ RONALD PEÑA.

“Está claro que para el gobierno no es importante en este momento la reactivación del crédito personal en esta coyuntura. La banca continuará sobreviviendo al encaje, reestructurándose y replanteando procesos para seguir operando en escenarios adversos”.

¿Imposiciones arancelarias al crédito?

El abogado tributario, Daniel Betancourt, develó algunas dudas sobre el impacto que puede tener implementación del Impuesto a las Grandes transacciones Financieras (IGTF) sobre las tarjetas de crédito internacionales que se usan en Venezuela.

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Sostiene que si la compra se carga en bolívares habrá una operación de cambio. Y posteriormente se hará un pago en bolívares al comerciante.

“La operación de pago está exenta y el pago en bolívares no está gravado para las personas naturales. En este caso no se genera el IGTF”.

Es importante tener en cuenta, advierte el experto tributario, cuánto cobra el banco internacional por la operación de pagar en bolívares y debitar en dólares. En algunos bancos la comisión puede ser hasta de 5% o más.

Destacó además que lo nuevo que trae esta ley en comparación con la LIGTF 2018 son dos aspectos:

«El primero la creación del impuesto al pago en moneda extranjera, y segundo la universalización de los contribuyentes».

“Los técnicos podemos apreciar de sus características su racionalidad. Pero este tributo es regresivo por cuanto no toma en cuenta al rico o al pobre (…) no mide capacidad económica”.