La delegación de Beijing recibió la llama de los JJOO de Invierno 2022

Los organizadores de los Juegos Olímpicos de Invierno de Beijing 2022 recibieron el martes la llama olímpica en el estadio Panatenaico fuertemente custodiado, en el centro de Atenas. Luego de una ceremonia de encendido de llamas en la Antigua Olimpia, donde nacieron los juegos hace 2.500 años.

Una ceremonia muy controlada

Debido a la epidemia de COVID-19 y las preocupaciones de seguridad, no se permitió la entrada de espectadores a la ceremonia. Los periodistas debían pasar por estrictos controles de seguridad, inspecciones de identificación y verificación de vacunas antes de ingresar al estadio.

El farol llegará a la capital china el miércoles, dando inicio a un relevo nacional de la antorcha que finalizará con la ceremonia de apertura de los Juegos el 4 de febrero, cuando Pekín se convierta en la primera ciudad que acoja tanto a los Juegos Olímpicos de verano como de invierno.

El vicepresidente de los Juegos de Pekín, Yu Zaiqing dijo que «Como símbolo del espíritu olímpico, la llama olímpica viajará a la Gran Muralla y a otras partes de China, trayendo consigo la luz de la paz y la amistad».

Protestas en torno a los juegos olímpicos

Los activistas de los derechos humanos instaron este martes a los gobiernos internacionales, a los patrocinadores y a los atletas a boicotear lo que denominaron «juegos genocidas» de China, mientras las autoridades griegas entregaban la llama olímpica a los organizadores de los JJOO.

También interrumpieron el lunes la ceremonia de encendido de la llama en el sur de Grecia y acusaron al Comité Olímpico Internacional de conceder legitimidad a los abusos de los derechos en China al permitir la celebración de los Juegos de Invierno en Pekín.

Por los Derechos Humanos

Los activistas argumentaron el martes que los derechos humanos en el país se han deteriorado desde 2008, afirmando que los Juegos de Verano «envalentonaron» a China. Todo esto por  el trato que China da a los musulmanes uigures en la región noroccidental de Xinjiang, la represión de los manifestantes en Hong Kong y sus políticas hacia el Tíbet y Taiwán.

El mismo presidente de Estados Unidos, Joe Biden ha afirmado la posición de su país,  de que la represión de China contra los uigures y otras minorías era un «genocidio».