Kiev fue el principal receptor de marfil que transportaban los Vikingos desde Groenlandia

En la Edad Media el marfil fue un producto muy apreciado. Esto sucedió porque se podían fabricar objetos de lujo como estatuillas, joyas; placas grabadas y empuñaduras de armas.

Historia del marfil

La mayor parte del marfil procedía de elefantes de África y Asia, pero; en regiones del norte de Europa era más económico obtenerlo de los colmillos de las morsas del Océano Ártico. Por eso, las morsas del Océano Ártico fueron cazadas en Escandinavia y Rusia hasta llevarlos casi a la extinción.

Groenlandia: Un paraíso

Cuando Erik el Rojo descubrió Groenlandia encontró inmensas manadas de morsas en las heladas playas de la isla y gracias a ello; sus colmillos inundaron los mercados del continente hasta alcanzar la lejana colonia vikinga de Kiev, a orillas del río Dniéper.

Durante el curso de excavaciones del 2007 al 2011  en el lugar; los arqueólogos descubrieron una serie de piezas de marfil en un área de la ciudad que hacia el siglo XII estaba ocupada por talleres.

Además, se encontró la parte frontal de los morros de los animales; aprovechada por los artesanos nórdicos para hacer todo tipo de artefactos.

Al principio se determinó que estos colmillos habían llegado a la ciudad desde las aldeas pesqueras de la bahía de Baffin, en el norte de Rusia. Pero, los arqueólogos decidieron confirmarlo mediante la extracción del ADN de las morsas; y su posterior comparación con los huesos de morsa descubiertos en los yacimientos groenlandeses y rusos.

Gracias a ello extrajeron muestra de siete de los nueve animales encontrados en Ucrania, los cuales fueron enviados a la Universidad de Oslo para secuenciar su genoma y determinar la cantidad de isótopos de carbono, nitrógeno e hidrógeno; (cuya proporción varía según el lugar de origen de los huesos).

Fotografía cortesía de: James H. Barrett y Natalia Khamaiko

Un nuevo giro a la investigación

Luego de estudiar el genoma obtenido con el de 37 especímenes del norte de Europa, incluyendo 4 de Groenlandia; los especialistas descubrieron que cinco de las morsas habían sido cazadas en la costa oeste de esta última. Mientras que las otras dos procedían de la bahía de Baffin.

Las altas cantidades de nitrógeno y carbono se correspondían más con poblaciones de la costa americana que con las del norte de Rusia. De esta manera, la teoría de que todo el marfil de Kiev procedía del norte quedó descartada; en favor de la llegada al asentamiento de un creciente numero de colmillos de procedencia occidental.

El comercio del marfil

Gracias a estas importaciones a través de una ruta de más de 4.000 kilómetros; nos damos cuenta de la enorme extensión de las redes comerciales del mundo vikingo y el bajo coste del transporte de las mercancías.

Se conoce que los Vikingos hacían el siguiente viaje: desde los pequeños asentamientos de Vinland llevaban el marfil hasta Islandia; para luego exportarlo a ciudades vikingas como Dublín o a los reinos de Noruega y Dinamarca.

Desde allí los colmillos alcanzaban la próspera ciudad de Novogorod en la actual Rusia, donde partían naves rumbo a Kiev y el Mar Negro.

Gracias al marfil de morsa que vendían los vikingos, se fabricaron objetos como un cáliz cristiano tallado en el siglo XII con las imágenes de los cuatro evangelistas.

Reconstrucción del comercio de los vikingos

Estos huesos constituyen un paso en la reconstrucción del comercio de los vikingos. Quienes establecieron prósperos reinos y ciudades; e hicieron posibles los intercambios a larga distancia entre áreas anteriormente incomunicadas.