Fiscal turco pide suspender juicio por asesinato del periodista saudí Jamal Khashoggi

Un fiscal turco, en el caso contra 26 ciudadanos saudíes acusados del asesinato del periodista Jamal Khashoggi; ha pedido a un tribunal de Estambul que cierre el expediente y lo transfiera al Estado del Golfo, una medida que puede ayudar a Ankara a mejorar su relación con Riad.

Khashoggi, un columnista del Washington Post que era crítico con el príncipe heredero saudí Mohammed bin Salman; fue visto por última vez entrando en el consulado de Arabia Saudí en Estambul en 2018. Sus restos nunca fueron encontrados.

Jamal Khashoggi: Periodista posiblemente capturado

Tanto los funcionarios de inteligencia de Estados Unidos como los de Turquía han dicho que el gobernante cotidiano de Arabia Saudí aprobó la operación de captura o asesinato del periodista saudí por parte de agentes del gobierno.

El presidente de Turquía, Recep Tayyip Erdogan, dijo que «los más altos niveles del gobierno saudí» ordenaron el asesinato. Funcionarios turcos dijeron que el cuerpo de Khashoggi fue desmembrado y disuelto en ácido. Arabia Saudí ha dicho que los responsables del asesinato fueron agentes deshonestos.

El jueves, el fiscal que supervisa el proceso judicial contra los ciudadanos saudíes en ausencia pidió al tribunal de Estambul que concluya el caso en Turquía y transfiera el expediente al reino del Golfo. Así informó en un tuit Hatice Cengiz, la prometida de Khashoggi que estaba en la sala.

El fiscal también pidió que se retiraran las órdenes de detención internacionales contra los sospechosos. El tribunal detalló que pediría una opinión sobre el asunto al Ministerio de Justicia y programó la próxima audiencia para el 7 de abril.

Potencias de Oriente Medio

En los últimos meses, Erdogan ha tendido la mano a Arabia Saudí en su intento de poner fin a la ruptura entre las dos potencias de Oriente Medio que se han disputado la influencia en la región.

El acercamiento diplomático forma parte de un esfuerzo más amplio de Erdogan por reparar las relaciones con sus rivales regionales; desde Grecia hasta Egipto e Israel. Así, suavizar una política exterior asertiva que ha aislado a Turquía y ha hecho que su economía, afectada por la crisis, sea aún más vulnerable.

El jueves, el ministro de Asuntos Exteriores de Turquía, Mevlut Cavusoglu, dijo que la falta de confianza entre los poderes judiciales de ambos países había afectado a los vínculos con Arabia Saudí. Ahora «la cooperación entre nuestros poderes judiciales ha mejorado».

«En cuanto a la normalización de las relaciones, nunca hemos tenido una actitud negativa hacia Arabia Saudí, ni comercial, ni económica, ni diplomáticamente; pero todo el mundo ve que hay una inercia en nuestra relación. Se están dando pasos para reavivarlas, y puedo decir que se tomarán medidas concretas en el próximo periodo», dijo Cavusoglu poco después de que el fiscal hiciera su petición.

A principios de este año, una persona familiarizada con las conversaciones entre Ankara y Riad dijo que la principal condición de Arabia Saudí para un deshielo de las relaciones era que Turquía cerrara el expediente Khashoggi de una vez por todas.

Turquía, por su parte, quiere que Riad levante un embargo no oficial que ha impedido a los fabricantes locales e internacionales que producen en Turquía exportar sus productos a Arabia Saudí.

Asesinato del periodista manchó al príncipe Mohamed

El brutal asesinato de Khashoggi manchó la reputación del príncipe Mohamed como reformista y provocó la indignación de todo el mundo. Desde entonces, el reino ha intentado rehabilitar su imagen.

Un tribunal saudí condenó en septiembre de 2020 a ocho personas no identificadas a penas de entre siete y 20 años de prisión por el asesinato; en un juicio que, según Naciones Unidas, careció de transparencia e imparcialidad.

Los diplomáticos occidentales han dicho que creen que los hombres no están en la cárcel, pero que sus movimientos están restringidos. Dos altos cargos sospechosos de estar implicados en el asesinato de Khashoggi, el ayudante del príncipe Mohamed, Saud al-Qahtani; y el jefe adjunto de inteligencia, Ahmed Asiri, a quien lo absolvieron de la culpa.