Dorangel Vargas: el comegente venezolano
En la década de los ´90, Venezuela se estremeció ante la presencia de un demente que se comía a sus víctimas. Rápidamente acaparó la atención de la prensa, ya que era el primer asesino serial de la nación. Dorangel Vargas Gómez, pasó de un simple vagabundo a convertirse en un monstruo, conocido como “El Comegente” o “El Hannibal Lecter de los Andes”.
Dorangel Vargas Gómez nació en la región de Caño Zancudo del estado de Mérida,
el 14 de mayo de 1957, proveniente de una familia dedicada a la agricultura. Los escasos recursos económicos de su hogar lo obligaron a dejar los estudios cuando cursaba los últimos años de la escuela primaria. A raíz de esto, cambió sus actividades de granjero por la vida de ladrón. Durante ese tiempo lo encerraron por delitos menores como robo de gallinas y ganado.
En 1995 fue arrestado por una denuncia realizada por Antonio López Guerrero. Tras ser detenido, Vargas fue internado en el Instituto de Rehabilitación Psiquiátrica de Peribeca. Después de dos años de tratamiento fue liberado, una vez que la evaluación psicológica confirmó que no era una amenaza.
Sin embargo, no era así. Dorangel fue a visitar a la persona que lo denunció, Antonio López y después de asesinarlo y comérselo se trasladó a la ciudad de San Cristóbal en el estado de Táchira. Donde aparentemente llevó una vida normal como vagabundo. Al vivir en las calles mendigando, la policía pronto perdió su rastro. Mientras que él pasaba sus días merodeando por los márgenes del río Torbes y en las cercanías del parque 12 de Febrero.
Al parecer, “El Comegente” construyó una rústica casa en un rancho abandonado, lugar donde se dedicó a sazonar a sus víctimas, aunque prefería dormir en un estrecho túnel bajo el puente Libertador. Su siguiente víctima fue Manuel, su amigo y antiguo compañero de la cárcel, a quien cocinó en deliciosas empanadas, de acuerdo al testimonio de las personas que lo comieron sin saberlo.
CAZAR Y COMER
Dorangel permanecía cerca de la orilla del río Torbes, donde cazaba obreros y deportistas que habitaban o trabajaban en el sector. Cuando sus víctimas estaban desprevenidas, los atacaba con un tubo metálico de más de un metro de largo, luego los descuartizaba bajo el puente Libertador, guardaba las partes que él se comía y tiraba las manos, pies y cabezas en el monte camino a la granja abandonada donde los cocinaba.
Debido a su pobreza, “El Comegente” no contaba con una nevera para guardar la carne por lo que mataba a dos personas por semana. Pronto la policía local fue asediada con denuncias de familiares de los desaparecidos. Los oficiales comenzaron a sospechar de los indigentes del sector y cuando descubrieron la presencia de Dorangel en la región, este se convirtió en el principal sospechoso por sus antecedentes penales y mentales.
El 12 de febrero de 1999,
un miembro de la Defensa Civil atendió una llamada de emergencia hecha por dos jóvenes que decían haber encontrado ollas con restos humanos en el parque 12 de Febrero. Los policías acudieron rápidamente al sector y hallaron pedazos de manos, pies y cabezas.
Los investigadores especulaban teorías sobre los cuerpos, creyendo que habían sido liquidados por ajustes de cuentas entre narcotraficantes. También se pensaba que era el ritual de alguna secta satánica, pero finalmente los datos se unieron a los reportes de personas desaparecidas desde noviembre de 1998 y fue evidente que trataba de un asesino en serie.
La policía empezó a rastrear las cercanías del puente en busca de más cuerpos y así se tropezaron con el rancho de Dorangel. Donde descubrieron recipientes con carne y vísceras de personas preparadas para el consumo. Además se tropezaron con tres cabezas humanas, también varias manos y pies.
Dorangel Vargas Gómez fue arrestado y narró sin remordimiento todas sus fechorías.
En la comisaría, el hombre de 42 años, confesó que, tras vivir bajo el puente por once años; se alimentó de personas que descuartizaba para después cocinarlas en rústicas ollas. Aseguró haberse comido a 10 personas en un periodo de dos años, sin embargo la lista de personas desaparecidas y los restos encontrados sugieren que el número puede ascender hasta 40 víctimas.
Gracias a la evaluación psiquiátrica realizada, se descubrió que este asesino en serie llevó a cabo sus atroces actos debido a su enfermedad mental. Tras el juicio, “El Comegente” fue trasladado a la cárcel de Santa Ana; pero los convictos protestaron tanto como los enfermos mentales del Centro de Rehabilitación Mental de Peribeca, quienes no estaban tan dementes para querer compartir el espacio con un caníbal.
Hoy en día, Dorangel Vargas Gómez permanece en una celda de la Dirección de Seguridad y Orden Público del estado de Táchira, donde pasa los días fumando e imaginándose suculentas recetas.
DESPIECE: Durante la declaración de sus actividades a la policía, “El Comegente” dio todos los detalles de su modus operandi; explicando que, tras dejar inconscientes a sus víctimas, les cortaba la cabeza, pies, manos y genitales externos, con los que se hacía una sopita.