Desfalco ilegal: Venezuela pierde tierras a manos de grupos irregulares
El Arco Minero del Orinoco es el nombre que le ha colocado la administración de Maduro a una inmensa extensión del territorio venezolano (111.843 km2).
El sur de Venezuela específicamente el estado Bolívar, son las tierras donde se presenta mayor robo de riquezas, pues justo en ese lugar quedan las minas; allí se encuentran las mafias, quienes se encargan de sacar minerales, para su venta ilegal. Por eso, países que son parte de los convenios con Maduro estarían detrás de estas riquezas.
Desde el 12 de junio de 1994 El Parque Nacional Canaima fue declarado Patrimonio de la Humanidad por la UNESCO. Ubicado en el estado Bolívar, hoy en día se ha convertido en zona minera y el destrozo natural más duro de la última década.
Ecologistas del mundo preocupados
La ONG SOSOrinoco se ha encargado de generar trabajos de investigaciones importantes y profundos sobre la minería aurífera dentro del Parque Nacional Canaima (PNC), Sitio de Patrimonio Mundial (SPM). Se caracterizan por explicar el fenómeno minero como consecuencia de una política estratégica; la minería como colapso económico, social y político que el propio régimen de Maduro ha creado y promovido.
“Canaima está siendo asediado por el acelerado crecimiento de la minería en sus fronteras, que se ha desbordado hacia su interior. En los últimos meses se ha incrementado la violencia en la región, toda ella relacionada de una u otra forma, con la minería dentro y en los bordes del parque nacional. La actividad minera sigue en ascenso dentro de sus límites, y ahora incluso, en el marco de presuntos acuerdos políticos entre el gobierno y algunos líderes indígenas”.
La desforestación se ha convertido en el peor escenario para este Patrimonio Mundial de Venezuela. Malas condiciones ambientales, persecución de las comunidades indígenas y saqueos de las riquezas del país.
Boletín #25 | Julio 2021 – Nuevo informe de @SOSOrinoco sobre la catástrofe socioambiental en el Parque Nacional #Caura donde guerrilleros y criminales son operadores de la política minera de #orodesangre de @NicolasMaduro
– https://t.co/shHPdqRWoa pic.twitter.com/TmS48inkXy— SOS Orinoco (@SOSOrinoco) July 6, 2021
El más reciente informe de World Heritage Watch (WHW), organización que proporciona información a la UNESCO sobre patrimonios en peligro y que los países no reportan, informó sobre lo que ellos llaman “la Fiebre del Oro” y la repercusión que está teniendo sobre el impacto negativo en el Parque Nacional Canaima (CNP), Patrimonio de la Humanidad.
Según el informe, varios estudios han demostrado la destrucción de al menos 521 hectáreas del ecosistema en estas zonas del sur de Venezuela.
Además, más de 20 fábricas flotantes o «balsas mineras» están devastando el fondo de los ríos cristalinos en las cercanías del Salto Ángel.
“Fiebre del Oro”
A pesar de haber sido denunciada en reiteradas oportunidades, es aprobada por el régimen venezolano a través de una política nacional que promueve la minería extractiva, conocida como el «Arco Minero del Orinoco»; promulgada en 2016 violando la Constitución de Venezuela.
#MineriaIlegal #Caura #Ecocidio #Etnocidio #ViolacionDDHH #Venezuela
Nuevo Informe @SOSOrinoco
"Minería en Caura y su nuevo Parque Nacional" Una catástrofe socioambiental en pleno desarrollo en la Amazonía/Guayana venezolana
👇 pic.twitter.com/LjIFSSlAtw— Fritz Sanchez (@Fritz_A_Sanchez) July 7, 2021
El panorama de Venezuela no es alentador. La administración de Nicolás Maduro ha entregado refinerías petroleras, lingotes de oro, bases para operaciones militares y accesos a grupos guerrilleros en las fronteras.
La ley es para quien tiene las armas
En el sur de Venezuela la mafia manda en las minas, no se saca una grama sin permiso de los cabecillas que pertenecen a grupos armados y llevan las riendas de estas tierras.
Para trabajar dentro de estas minas tienes que tener el contacto o palanca; si encuentran alguna persona robando oro o alguna riqueza es mutilado y torturado, es la manera de hacer cumplir las reglas en las minas.
Son territorios donde no hay ley por parte del Estado.