¿Cuáles son las consecuencias de la fiesta de «enchufados» en lo alto de un Tepuy?

En un nuevo escándalo se ha visto envuelta Venezuela y es que esta semana se filtraron en las redes sociales una serie de fotografías y videos donde se puede ver que un grupo de «enchufados» y famosos venezolanos, asistieron a una fiesta en los conocidos tepuyes de la zona de la Gran Sabana, en el sur de Venezuela, causando daños irreparables y violando regulaciones nacionales e internacionales.

Según la información publicada por los asistentes,

las actividades han tenido lugar en la cima de los milenarios tepuyes, gracias a los paquetes turísticos y sociales ofrecidos por empresarios vinculados al régimen de Nicolás Maduro, que controlan el área como destino para los turistas.

Las mencionadas actividades de turismo ilegal se encuentran controladas por el empresario turístico Rafael Oliveros, presidente del Grupo La Marea.

¿Quién es Rafael Oliveros?

Rafael Oliveros es un ex decorador de interiores devenido empresario turístico, quien fue juramentado por Nicolás Maduro como miembro del Consejo Nacional de Economía, en calidad de coordinador del llamado «Motor Turístico», uno de los mecanismos con los que el líder del régimen planeaba recuperar la economía en el 2016, pero su plan terminó fracasando.

Aún así, Rafael Oliveros logró promover sus negocios turísticos gracias a sus conexiones con el régimen  de Nicolás Maduro, por lo que recibió las autorizaciones para operar en la Gran Sabana, cuando la esposa de Diosdado Cabello, Marleny Cabello -quien oficiaba como Ministra de Turismo- le dio los permisos necesarios.

Los paquetes turísticos de Rafael

Gracias a ello y a través de su grupo empresarial, Rafael Oliveros ha promovido paquetes turísticos que incluyen visita y estadía en la cima del Tepuy Kusari, uno de los más emblemáticos de la Gran Sabana. El paquete lleva el nombre de Kusari Under The Stars (Kusari bajo las estrellas) y al parecer los asistentes reciben una atención especial lleno de lujos.

Por eso, como una muestra de la experiencia que se vive en el Tepuy, Rafael Oliveros decidió celebrar su cumpleaños número 50 «por todo lo alto» en la cima del Tepuy Kusari.

¿Cuándo se realizó la fiesta?

La fiesta se celebró el pasado viernes 4 de febrero y tal como se puede ver en las fotografías y los videos, entre los invitados se encontraban reconocidas socialités de la clase alta venezolana, operadores financieros, profesionales del sector y familiares del cumpleañero y el «Zar de la belleza», Osmel Sousa, conocido por dirigir la Organización Miss Venezuela.

A los invitados se les exigió que debían asistir vestidos con traje formal, tipo smoking y traje largo. Además, se conoce que fueron conducidos al aeropuerto de Canaima y allí abordaron costosos helicópteros para ser trasladados a la cumbre del Kusari Tepuy. Fuentes aseguraron que al menos 9 vuelos de helicópteros regresaron a los invitados al día siguiente en las primeras horas de la mañana.

 

Vuelos privados, excentricidades y otros lujos

Además, se dice que cada hora de vuelo en las mencionadas aeronaves, rondan los 2 mil dólares. Pero, esto no se trata de un servicio fijo del turismo de la zona, sino helicópteros alquilados específicamente por el organizador de la fiesta, dijo la fuente.

Según lo publicado por la periodista Angela Oraa, en la celebración brindaron con champagne burbujeante y el menú fue «fondue y sopa goulash pero era tal el frío que al servir el queso derretido éste se apelmazaba. Afortunadamente, la sopita llegó calentita en los alicorados estómagos». 

Violaciones y excesos

En las fotografías se podía ver cómo fue intervenida el área en el Tepuy Kusari para adaptar los toldos y las carpas, por lo que los venezolanos violaron disposiciones legales que protegen los terrenos del Parque Nacional Canaima, que abarcan en total 3 millones de hectáreas. Recordemos que Canaima fue designado por la Unesco en 1994 como Patrimonio Mundial Natural, una designación que establece la prioridad de preservar la frágil ecología.

«Los Tepuyes son ecosistemas aislados»

Tuvimos la oportunidad de conversar con el Ingeniero Joaquín Benítez, quien es el Director de Sustentabilidad Ambiental de la Universidad Católica Andrés Bello y nos comentaba que hacer este tipo de actividades en algunos de los Tepuyes venezolanos, es muy delicado ya que pueden ocurrir «perturbaciones bilógicas muy importantes» ya que las personas podemos llevar en nuestros calzados alguna semilla de una planta que cuando llega al Tepuy se convierte en invasora o simplemente «algún insecto y hongo que puedan generar problema». 

Consecuencias de la fiesta en el Tepuy

El especialista nos comentó que para saber cuáles son las consecuencias exactas de lo ocurrido, se debe investigar e indagar qué fue exactamente lo que se hizo en el lugar. Pero, por lo que se puede ver en las redes sociales, la llegada de los «enchufados» al Tepuy Kusari, podría haber dejado las siguientes consecuencias:

  1. La vegetación se vio afectada ya que hubo un sector donde se le quitó la vegetación
  2. Gracias al ruido del helicóptero, la fauna se pudo ver contaminada de manera perturbante
  3.  Contaminación de suelo y agua con las sustancias utilizadas durante la fiesta
  4. Se alteró de forma temporal el hábitat de fauna del lugar gracias a los olores, sustancias, ruido y luz artificial.

A largo plazo, el lugar podría estar expuesto a grandes riesgos por las alteraciones de los procesos erosivos de la pérdida de vegetación que hubo en el Tepuy.

Tiempo de recuperación de los daños causados

El profesor Joaquín Benítez asegura que el tiempo de recuperación de los daños causados, será bastante «lento» ya que en este tipo de ecosistemas la «repoblación de vegetación son muy pausados, no es rápido. Esta recuperación ocurre de manera lenta». 

Además, para recuperar la zona dañada, no se debería regresar al lugar y respetar todo el proceso para que el ecosistema vuelva a su normalidad.

El especialista asegura que este tipo de actividades se deben evitar ya que además de que legalmente no está permitido, realizar fiestas de esta manera, pudiera generar «daños irreversibles en el ecosistema».