Bukele con mano dura contra los maras en cárceles del país

La situación en el Salvador esta tensa desde que el presidente Nayib Bukele; ha declarado una guerra sin tregua contra las mafias en las cárceles de su país.  Pero ante esta situación, ahora agentes de la policía denuncian que se les exigen cuotas diarias de captura de delincuentes.

Bukele le exige al Congreso se apruebe excepción

Funcionarios policiales denuncian que debido al régimen de excepción que aprobó el Congreso a finales de marzo; que permite a las fuerzas de seguridad combatir a las maras, algunos inspectores le han exigido a sus oficiales capturar mínimos diarios para cumplir con la cuota planteadas.

En este sentido, algunos agentes han denunciado que los que se han negado a arrestada personas demás para cubrir las cuotas; serían trasladados a el interior del país como castigo. De esta manera, levantaron un informe al secretario general del Movimiento de Trabajadores de la Policía, Marvin Reyes.

Bukele exige la captura de 20.000 pandilleros

De acuerdo al secretario de Trabajadores, el conflicto escaló cuando los jefes policiales denunciaron las exigencias de arrestos diarios; que establecen hasta la capturan de 20 mil miembros de pandillas en corto periodos. El sindicato policial asegura haber recibido 15 denuncias de imposición de cuotas de detención; en seis de los 14 departamentos que conforman el país.

El presidente del Salvador llama a guerra contra las pandillas y asegura que ya van 10 mil personas detenidas en el marco del plan para bajar los índices de violencia en el país.

Estiman que al menos 70 mil pandilleros,

operan en El Salvador; a eso se le debe sumar civiles que colaboran con las mafias y estas estimaciones apuntan que al menos otras 20 mil personas colaboran con los maras. Es decir, aproximadamente unos 100 mil pandilleros en todo el territorio nacional.

¿La guerra de Bukele contra las pandillas traerá algún resultado?

Analistas estiman que estas detenciones masivas podrían colapsar el sistema carcelario del país. Antes de la ejecución de la excepción aprobada por el Congreso, ya existía sobrepoblación en los recintos penitenciarios de un 200% al 300%. Las cárceles no tienen la capacidad ni están diseñadas para albergar a esa gran cantidad de población.

Las autoridades de centros penales tendrán que buscar un mecanismo para contener a toda esta gente. Buscar algún edificio temporal que puedan adecuar rápidamente para mover a tanta gente. Las bartolinas de la policía, las cárceles pequeñas preventivas dentro de cada base policial, son limitadas. Las más grandes pueden contener 125 personas máximo.