Oro de Sangre: Bandas mineras venezolanas expanden negocio fuera de sus fronteras

En el sur de Venezuela, se viene estructurando una banda criminal tutelada; según denuncias por jerarcas del chavismo. En la región de Guayana integrada por los estados Amazonas, Bolívar, Delta Amacuro; es el epicentro en el negocio del oro de sangre, que conlleva un aumento de la violencia, minería ilegal y otro negocios ilícitos que derivan de estas practicas.

Con los Grupos Armados Organizados (GAO), amparados en algunos casos por la omisión de la actuación del Estado venezolano; se ha evidenciado como ha sido saqueada la riqueza de la Amazonia venezolana y tomado el control de las minas por estas organizaciones criminales.

Sin importarles las consecuencias del daño y futuro ambiental del país.

Las bandas se han instalado y sembrado el pánico entre la población del sur del territorio venezolano.  Los habitantes se ven obligados a marcharse por miedo a ser víctimas de la violencia de estos grupos, que operan en sus «feudos» con total impunidad.

Vale destacar que el territorio saqueado equivale en porción de tierra, a la mitad del país; donde solo el 7% de la población reside en este.

Por ello, llama la atención los niveles abrumadores de violencia que día a día crecen en los estados que integran la región amazónica.

 

Según el Observatorio Venezolano de Violencia (OVV), en 2017 se registró una tasa de 113 muertes violentas por cada 100 mil habitantes, lo que le convirtió en el cuarto estado con más violencia del país.

Desde entonces, las cifras han ido peor. En 2018 pasó a tener la tercera mayor tasa a nivel nacional, y en 2019 escaló hasta el segundo puesto. A partir de ahí, no ha bajado del podio.

Minería ilegal

Según el informe publicado por la ONG SOS Orinoco revela presencia, actividad e influencia de los Grupos Armados Organizados, en la actividad minera al sur del río Orinoco; una zona que por Decretos presidenciales se encuentra bajo jurisdicción de la FANB.

La ONG denunció que la minería en Venezuela se ha convertido en actividad imbuida dentro de trama delincuencial que llega a todos los niveles del poder político y militar.

Ya diversas organizaciones y periodistas venían denunciando hechos de violencia en la localidad de El Callao en el estado Bolívar; donde bandas criminales ya venían actuando con total impunidad.

No pasa inadvertido que este ascenso de la violencia coincide en el tiempo con la proliferación de la minería ilegal en la región, con el amparo del régimen chavista y el impulso de Nicolás Maduro con el decreto -en 2016- del Arco Minero del Orinoco (AMO), denominado así con la clara intención de ofrecer una imagen más amable y «ecosocialista», término que le gusta usar al dictador latinoamericano y lo ha convertido en un ministerio.

Estas son algunas de las conclusiones que extrae el último informe de SOS Orinoco, «Toda la actividad minera de oro en Venezuela esta montada sobre una estructura delincuencial con ramificaciones internacionales de la cual el Gobierno (de Maduro) es el cerebro», asegura la fundadora de la ONG, Cristina Burelli.