Amor y las redes sociales en el siglo XXI: Nuevo escenario para Cupido
Gracias a la pandemia del COVID-19 hubo un desarrollo digital y esto desató un sinfín de aspectos y características que antes podíamos ver pero no con tanta intensidad como ahora, o por lo menos no lo notábamos tanto.
Más exhibicionismo
Durante los últimos años los jóvenes nos han demostrado que lo más importante de pertenecer al mundo de las redes sociales, es mostrarle a sus seguidores su día a día y de quien están acompañados.
Sobre la situación que se vive actualmente, el portal de noticias El nuevo Herald, asegura que este “sobredimensionado exhibicionismo parte de una estrategia de seducción para captar la atención del otro”.
Es importante mencionar que dicha competencia ha existido siempre pero gracias al mundo digital, estamos mucho más expuestos ante todo el mundo y eso genera un sinfín de inseguridades, celos y malos comentarios que en oportunidades se han convertido en un impedimento para encontrar el amor.
1 de cada 5 parejas se conocen en la red y 1 de cada 5 divorcios se debe a Facebook. Las RRSS son el nuevo cupido #SocialMediaECS1
— Andrea Quintero (@andreaq_m) January 19, 2017
Se muestran cómo un objeto
Desde hace unos años atrás, existen redes sociales como Tinder, la cual es perfecta para conseguir pareja.
Este tipo de redes sociales funcionan tal cual como un establecimiento: publicas tus fotografías más sensuales y atractivas, además de tu rango de edad, preferencias sexuales y una pequeña biografía.
Mientras te paseas por la red social, conoces un montón de personas y ya depende de ti y de lo que busques en el otro, dar con esa persona «indicada».
Los celos: un factor importante en la actualidad
Las redes sociales tienen la capacidad de visualizar a las personas ante todo el mundo y es que muchas veces el otro reacciona, sea con un comentario o un like o simplemente un Follow y esto puede ser visto como una amenaza inminente que hace nacer el sentimiento de celar.
El celo es visto como una respuesta emocional cuando la otra persona percibe una amenaza hacia lo que considera suyo y como toda «propiedad privada», debe ser defendida de las amenazas del otro y muchas veces este acto es confundido como un acto de amor.
